viernes, 16 de marzo de 2012

Cap 2. Regina



Llegamos al aeropuerto y, después de despedirnos de los padres de María y de otras mil llamadas de mi madre y de la de Clara, Cristina y Sol, entramos en busca de algo para leer en el avión y comida. Clara y María se dirigieron hacia una pequeña zona de prensa, y Sol, Cristina y yo fuimos a por algo de comer y beber. Un cuarto de hora después, nos encontramos a Clara y María cargadas de revistas de todo tipo, pero sobre todo de las que había fotos en la portada o algún reportaje de One Direction. Nos empezamos a reír, aunque nosotras no éramos menos, Cristina se iba atiborrando con un paquete de conguitos, Sol llevaba una gran bolsa llena hasta arriba de nuestras chuches favoritas y yo arrastraba como podía las maletas de todas, así que debíamos parecer un circo andante.

Pasamos por la puerta de embarque hacia nuestro avión y nos situamos en nuestros asientos. En cuanto el avión despegó me puse los cascos del Ipod y cerré los ojos, preparándome para viajar por las nubes. Al segundo me quedé profundamente dormida.

2 horas después.

Me desperté escuchando un grito de Clara.

-¡Despierta dormilona¡

-¿Qué pasa?-dije pegando un gran brinco en mi asiento.

-Nada, nada es que ya estamos llegando-me respondió con una de sus risueñas carcajadas.

Me asomé por la ventana y vi un precioso paisaje verde con flores a los lados de la pista de aterrizaje, sonreí, no podía creer que estuviera allí.

Cuando el avión aterrizó nos levantamos rápidamente para ir a la zona de recogida de maletas, llegamos y las cogimos, no sin antes comprobar si le habían hecho un bollo a alguna. Salimos a la entrada del aeropuerto y respiramos profundamente tranquilizándonos con el aroma de la ciudad. Sol y Cristina llamaron a un taxi, mientras María sacaba un papelito de su maxi bolso con la dirección de la casa que habíamos alquilado para las cinco.

Nos montamos en un espacioso taxi de color negro con forma de Mini grande y María le dio la dirección de la calle al taxista con su perfecto inglés mientras sonreía. Por fin íbamos a ver la que sería nuestra casa por 3 meses, hasta que empezara la universidad y nos mudáramos al campus de ésta.




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